Era un mundialmente reconocido escultor, pintor, arquitecto
y…poeta
Sí, todos habéis visto mis pinturas y esculturas, pero pocos
saben que las obras artísticas de Miguel Ángel incluyen la escritura, también.
Escribí centenares de cartas y poemas, más de 300 de los cuales
todavía existen hoy.Mi poesía es bastante sugestiva, discutiendo el amor, la
lujuria, y el éxtasis, así como la espiritualidad, la lealtad y el alma humana.
Era un falsificador
Ok, no era un falsificador habitual, pero probablemente inicié mi carrera en 1496 copiando una antigua escultura romana llamada “Cupido
durmiente” y pasándola como un original.
Después de completar la reproducción, enterré la estatua y luego
la cavé para darle un aspecto desgastado. Independientemente de que fue por la
sugerencia de su patrón, Lorenzo de Medici, o por mi propia voluntad, terminó
vendiendo la pieza al cardenal Riario para una gran suma de dinero.
No fue originalmente elegido para completar la Capilla Sixtina
En la época de mi ascenso l, era Rafael el pintor
célebre de la ciudad, y fue Rafael quien el Papa Julio II eligió originalmente
para trabajar en la Capilla Sixtina. Así empezó la rivalidad entre nosotros. La fama de Miguel Ángel iba creciendo con sus comisiones y yo,el
joven artista estaba robando algunos de los negocios de Rafael. Por celos u
orgullo, Rafael convenció al Papa a contratar a Miguel Ángel en su lugar, con
la esperanza de demostrar que el joven artista era realmente sólo un escultor y
no era capaz de pintar tan bien como él. Obviamente se quedó con la cara a cuadros al ver mi obra.
Se pintó a sí mismo
en la Capilla Sixtina
La Pietà Miguel Ángel tuvo mi firma (y fue mi primera obra escultórica
maestra y tan buena que nadie creía que podría venir de un artista tan joven,
por lo que inscribió su nombre en una banda diagonal sobre el pecho de la
Virgen María).
Después de eso nunca volví a firmar otra obra de
arte. En cambio, solía pintarme a mi mismo en ellas. El más famoso de estos
autorretratos se encuentra en el fresco del Último Juicio que cubre una pared
de la Capilla Sixtina. Allí, San Bartolomé está sosteniendo la piel de un
rostro que parece ser de Miguel Ángel.
El David, fue tallado de un bloque de mármol
desechado
De todos los hechos acerca de mi biografía , este
es tal vez el más impresionante. Yo era muy exigente con el marmol, quería el mejor.
Llamada el” Gigante “, la losa de mármol había sido extraída y
luego abandonada por más de 40 años antes de que yo,Miguel Ángel la reclamé. La
piedra se había deteriorado de los elementos y ya tenía más de una marca de
cincel en su superficie.
Sin embargo, fui capaz de crear una estatua del
David de casi 17 pies de altura, considerada estructuralmente perfecta por los
mejores artistas y escultores. Como antes os habia comentado.
No Tenía mucho estilo, pero sí tenía la costumbre de enfadar a mucha
gente
Si es verdad nunca me casé ni tuve hijos, pero se rumorea que yo haya tenido muchas relaciones amorosas tanto con hombres como mujeres. Tenia mucho dinero pero vivía en la miseria. No me compraba ropa y digamos que no me gustaba bañarme.
Se dice que mi ropa estaba tan sucia y pegada a mi cuerpo que
cuando la muerte me encontró tuvieron que cortarla y despegarla de mi piel.En la vejez viví una vida muy solitaria, únicamente entrando en contacto con los demás
cuando el trabajo me obligaba.
En fin era un artista muy duro conmigo mismo y mi trabajo.
En una de sus muchas cartas acerca de su trabajo en la Capilla Sixtina escribió la célebre frase: “Yo no soy un pintor”
En una de sus muchas cartas acerca de su trabajo en la Capilla Sixtina escribió la célebre frase: “Yo no soy un pintor”
Estaba a menudo insatisfecho . Si mi estado de ánimo era muy cambiante y crítico con el trabajo de los demás. De hecho, uno de mis compañeros de estudio, Pietro
Torrigiano, estaba tan enojado conmigo que por mi talento o más bien por mi carácter que me dio un puñetazo en la nariz, dejándomela
permanentemente torcida.
Fue la primera persona a haber una autobiografía publicada
durante su vida
A pesar de, o tal vez debido a su personalidad interesante, los italianos
meadoraban, tanto durante mi vida como después. Me llamaron “El
Divino”, o “lo Divino “ y todo el mundo quería saber los hechos de mi vida, o
al menos un recuento de ellos. Esto es tal vez lo que me llevó a
publicar no una, sino dos autobiografías durante mi vida. Ahora veo que todo el mundo publica subiografia sin haber hecho casi nada de importancia.
Sabemos mucho más acerca de las opiniones, la vida y las obras
de Miguel Ángel que cualquier otro artista de su tiempo. Además de sus
autobiografías, conocemos el artista a través de cartas y diarios de personas
que estuvieron en contacto con él, bocetos de artistas que le admiraban, así
como los numerosos documentos que sobreviven hoy desde el gobierno o la
burocracia papal. Habiendo sido encargado para muchos proyectos
gubernamentales o papales, cada proyecto se grabó y se mantuvo meticulosamente.
Eso nos da una idea de las obras, línea de tiempo y sueldo de la vida de Miguel
Ángel.
A los 74 años de edad, fue llamado a “salvar” a la Basílica de
San Pedro
La
Iglesia Católica me llamó cuando estaba jubilado y tenía 74 años,
prácticamente rogándole para ayudarles a completar el trabajo aparentemente
interminable de la Basílica de San Pedro. Aunque los edificios no se terminaron
hasta después de su muerte, yo trabajé duro en ello durante 14 años
más, hasta que morí a los 88 años.Cuando ya la edad me impedia ir a San Pedro desde casa vigilaba los trabajos. Me traían dibujos, diseños e informes de los capataces. Con mi supervisión, San Pedro ganó su majestuosa cúpula y creó un horizonte que peregrinos de todo el mundo todavía vienen a ver.
Con esto me despido de vosotros amigos míos ahora volveré a mi dimensión y seguiré pintando grandes obras . Os invito a visitar Roma y Florencia y poder disfrutar de mis obras en directo.
¡Adiós!
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